biopolitics

Guattari y Lacan

Una de las cuestiones claves de la relación entre Lacan y Guattari será la postura ante el significante. El papel central del significante para el estructuralismo, es una de las críticas de Guattari. También el esfuerzo por matematizar el inconsciente de forma sistemática, anulando (según Félix) la riqueza del inconsciente Freudiano, abierto al mito y al sueño. Por otro lado, la reducción Lacaniana de la pluralidad de semióticas en beneficio de la lingüística. No se trata para Guattari de quitarle importancia al significante, desde ya que la tiene, pero no se puede pensar en términos de universales. 
Sin embargo y a pesar de la crítica del antiedipo, Guattari nunca descalifico de manera total a Lacan.




El objeto de nuestros ataques no es la ideología del psicoanálisis sino el psicoanálisis en cuanto tal, tanto en su práctica como en su teoría. Y no hay, en este aspecto, contradicción alguna en sostener que el psicoanálisis es algo extraordinario y, al mismo tiempo, que desde el principio marcha en una dirección errónea. El giro idealista está presente desde el comienzo. Pero no es contradictorio: aunque la putrefacción ya está en el origen, en ella crecen espléndidas flores. Lo que nosotros llamamos idealismo en el psicoanálisis es todo un sistema de proyecciones y reducciones propias de la teoría y de la práctica del análisis: reducción de la producción deseante a un sistema de representaciones llamadas inconscientes, y a las formas de motivación, de expresión y de comprensión correspondientes; reducción de la fábrica del inconsciente a un escenario dramático, Edipo o Hamlet; reducción de las catexis sociales de la libido a catexis familiares, desviación del deseo hacia coordenadas familiaristas, Edipo, una vez más. No queremos decir que el psicoanálisis haya inventado a Edipo. Se limita a responder a la demanda, cada cual se presenta con su Edipo. El psicoanálisis no hace más que elevar Edipo al cuadrado –un Edipo de transferencia, un Edipo de Edipo– en la ciénaga del diván. Pues, ya sea familiar o analítico, Edipo es fundamentalmente un aparato de represión de las máquinas deseantes, en absoluto una formación propia del inconsciente en cuanto tal. Tampoco deseamos sostener que Edipo, o sus equivalentes, varíen según las formaciones sociales consideradas. Estamos más inclinados a creer, como los estructuralistas, que se trata de una constante. Pero es la constante de una desviación de las fuerzas del inconsciente. Por eso atacamos a Edipo: no en nombre de unas sociedades que no implicarían a Edipo, sino debido a la sociedad que lo implica de un modo eminente, la nuestra, la capitalista. No atacamos a Edipo en nombre de ideales pretendidamente superiores a la sexualidad, sino en nombre de la propia sexualidad, que no se reduce al “sucio secretito de familia”. No establecemos diferencia alguna entre las variaciones imaginarias de Edipo y la constante estructural, puesto que se trata en ambos extremos del mismo atolladero, del mismo avasallamiento de las máquinas deseantes. Lo que el psicoanálisis llama la solución o la disolución de Edipo es en extremo cómico, ya que se trata precisamente de la puesta en marcha de la deuda infinita, el análisis interminable, la epidemia edípica, su transmisión de padres a hijos. Cuánto desatino, cuántas estupideces han podido decirse en nombre de Edipo, especialmente a propósito de los niños. Una psiquiatría materialista es aquella que introduce la producción en el deseo y viceversa, la que introduce al deseo en la producción. El delirio no remite al padre, ni siquiera al nombre del padre, sino a todos los nombres de la Historia. Es algo así como la inmanencia de las máquinas deseantes en las grandes máquinas sociales. Es la ocupación del campo social histórico por parte de las máquinas deseantes. Lo único que el psicoanálisis ha comprendido de la psicosis es su línea “paranoica”, la que conduce a Edipo, a la castración y a todos esos aparatos represivos que se han inyectado en el inconsciente. Pero el fondo esquizofrénico del delirio, la línea “esquizofrénica” que diseña un campo ajeno a la familia, se le ha escapado por completo. Foucault decía que el psicoanálisis seguía siendo sordo a la voz de la sinrazón. Y, efectivamente, el psicoanálisis lo neurotiza todo y, mediante tal neurotización, no contribuye únicamente a producir esa neurosis cuya curación es interminable, sino al mismo tiempo a reproducir al psicótico como aquel que se resiste a la edipización. Carece por completo de una posibilidad de acceso directo a la esquizofrenia. Y pierde igualmente la naturaleza inconsciente de la sexualidad debido a su idealismo, al idealismo familiarista y teatral. F. Guattari

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Del acontecimiento

“Ser dignos del acontecimiento” Quizás es la frase que más se aproxime a la filosofía de Deleuze. Los acontecimientos nos esperan, nos aspiran, nos hacen señales, y se efectúan en nosotros. Pero a veces no somos dignos de ellos y en ello no radica ninguna moral. No ser indigno de lo que nos sucede, captar lo que nos sucede. Superar el resentimiento contra el acontecimiento. Lo inmoral en Deleuze, es cualquier utilización de las nociones morales, justo, injusto, mérito, falta.

¿Qué es querer el acontecimiento?

Es querer una voluntad! 

No es lo que sucede lo que quiero, sino algo enlo que sucede.

Es un cambio en la voluntad, un salto sobre el mismo cuerpo.

Es algo por venir justamente en lo que sucede.

El sentido, será el esplendor del acontecimiento, su estallido. Un puro expresado que nos hace señas, nos espera. 

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Bacon y Velázquez

Deleuze plantea dos formas de superar la figuración:
  
      1: Hacia la forma abstracta
      
      2: Hacia la figura

Para Bacon, la figura es lo contrario a la forma referida a un objeto que se supone representar (figuración).

Deleuze dice que de todos los clásicos, Velázquez ha sido, sin duda, el más prudente, de una inmensa prudencia: hacía pasar sus extraordinarias audacias manteniendo firmemente las coordenadas de la representación, asumiendo firmemente el rol de un documentalista… ¿Qué hace que Bacon, en relación con Velázquez, lo tome como maestro?  ¿Por qué declara su duda y su descontento cuando piensa en su reanudación del retrato de Inocencio X? De cierta manera, Bacon ha histerizado todos los elementos de Velázquez. Es necesario no sólo comparar los dos Inocencio X, el de Velázquez y el de Bacon que lo transforma en papa que grita. Es necesario comparar el de Velázquez con el conjunto de la obra de los cuadros de Bacon. 




Francis Bacon: Sólo la he visto en foto, nunca vi esta pintura de Velázquez en Roma que tanto me ha influenciado en su momento. El retrato del Papa…

– ¿Inocencio X?

– Sí, me pide que explique la pintura y no se puede. Un cuadro que ha impresionado a todos los pintores. Uno de los mejores del mundo.

– ¿En aquel tiempo era ilustración?

– … en aquel tiempo no estaba el cine, ni la televisión, ni tan sólo la fotografía… Estaban forzados a hacer este tipo de ilustración… Pero como la hizo tan magnífica… Uso las fotos como un diccionario, no para copiarlas, como hacen los hiperrealistas… simplemente como un diccionario, de referencia.

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Resonancia

La vibración se hace resonancia. Esta es la insistencia de Deleuze con Bacon. Toda una fórmula. No confundamos la vibración con la resonancia. La resonancia produce otro tipo de enlace a nivel molecular.

Figuras acopladas, que nada tienen que contar. La simple vibración, ya es resonancia. El estremecimiento que genera el encuentro con la figura, se transforma en una multiplicación sentida. Efectos de resonancia. No hay narración, no hay historia, solo figuras que componen una única figura y que opera por efectos de resonancia. Como los conceptos, los perceptos Baconianos, multiplican en afectos. Siempre hablamos de fuerzas. Son los diferentes niveles de la sensación que se comunican y operan por resonancia.


Francis Bacon.  Portrait of Lucian Freud on Orange Couch 1965.

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De crítica y clínica

Los libros hermosos están escritos
en una especie de lengua extranjera.

PROUST, Contre Sainte–Beueve


El problema de escribir: el escritor, como dice Proust, inventa dentro de la lengua una lengua nueva, una lengua extranjera en cierta medida. Extrae nuevas estructuras gramaticales o sintácticas. Saca a la lengua de los caminos trillados, la hace delirar. Pero asimismo el problema de escribir tampoco es separable de un problema de ver y de oír: en efecto, cuando dentro de la lengua se crea otra lengua, el lenguaje en su totalidad tiende hacia un límite «asintáctico», «agramatical», o que comunica con su propio exterior.
El límite no está fuera del lenguaje, sino que es su afuera: se compone de visiones y de audiciones no lingüísticas, pero que sólo el lenguaje hace posibles. También existen una pintura y una música propias de la
escritura, como existen efectos de colores y de sonoridades que se elevan por encima de las palabras. Vemos y oímos a través de las palabras, entre las palabras. Beckett hablaba de «horadar agujeros» en el lenguaje para ver u oír «lo que se oculta detrás». De todos los escritores hay que decir: es un vidente, es un oyente, «mal visto mal dicho», es un colorista, un músico.
Prólogo de crítica y clínica

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Deleuze 2014-01-09 06:02:00

Ritornelo
• Es territorial. Es un agenciamiento territorial
• Relación concomitante con la tierra, conlleva una tierra, relación esencial con lo natal, con lo originario.
• Tres momentos sucesivos. Tres aspectos de una sola y misma cosa. Son simultáneos (se hacen simultáneos)

Tres aspectos del ritornelo:
1. Caos: inmenso agujero negro. Esfuerzo por fijar un punto frágil como centro.
2. Organizar alrededor del punto, una andadura (mas que una forma), tranquila y estable. Una andadura es un movimiento o avance en el espacio-tiempo, acción o modo de andar. Sinónimo de andadura: andada, caminata, recorrido, trayecto, etapa. Antónimo: inactividad. El agujero negro deviene casa.
3. Se introduce en esa andadura, una salida fuera del agujero negro.

Klee muestra los tres aspectos y su relación. Habla del punto gris y no del agujero negro, por razones pictóricas:
1.Punto gris: Caos no dimensional, fuerza del caos, manojo, enmarañado de líneas aberrantes.
2.El punto salta por encima de sí mismo. Hace irradiar un espacio dimensional. Capas horizontales y verticales. Fuerza interna terrestre (también esa fuerza aparece en la atmósfera y en el agua). El punto gris ahora es morada o la casa.
3.El punto se lanza y sale de sí mismo, bajo la acción de fuerzas centrífugas errantes, desplegadas hasta la esfera del cosmos.

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Deleuze 2013-12-14 20:14:00

Todo lo que puede decirse es que cuando se enuncia una proposición institucional, cuando se desencadena un efecto de sentido en un agenciamiento subjetivo, siempre está implicada una micropolítica de la enunciación (o del acto terapéutico). Y que el corolario de dicha implicación es que las referencias científicas son siempre ilusorias. Félix Guattari

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Del acontecimiento

El acontecimiento sin duda no se compone sólo de variaciones inseparables, él mismo es inseparable del estado de cosas, de los
cuerpos y de la vivencia en los que se actualiza o se efectúa. Pero también se dirá lo contrario: tampoco el estado de cosas es
separable del acontecimiento que desborda no obstante su actualización por todas partes. Tanto hay que retroceder hasta el
acontecimiento que da su consistencia virtual al concepto como hay que descender hasta el estado de cosas actual que da sus
referencias a la función. De todo lo que un sujeto puede vivir, del cuerpo que le pertenece, de los cuerpos y objetos que se distinguen
del suyo, y del estado de cosas o del campo fisicomatemático que los determinan, se desprende un vaho que no se les parece, y que
toma el campo de batalla, la batalla y la herida como los componentes o variaciones de un acontecimiento puro, en el que
únicamente subsiste una alusión a lo que concierne a nuestros estados. La filosofía como gigantesca alusión. Se actualiza o se
efectúa el acontecimiento cada vez que se lo introduce, deliberadamente o no, en un estado de cosas, pero se lo contra-efectúa cada vez que se lo abstrae de los estados de cosas para extraer de él un concepto. Hay una dignidad del acontecimiento que siempre ha sido inseparable de la filosofía como «amor fati»: igualarse con el acontecimiento, o volverse hijo de los propios acontecimientos: «Mi herida existía antes que yo, he nacido para encarnarla.» He nacido para encarnarla como acontecimiento porque he sabido desencarnarla como estado de cosas o situación vivida. No hay más ética que el amor fati de la filosofía. La filosofía siempre es entre-tiempo. Al que contra-efectúa el acontecimiento, Mallarmé lo llamaba el Mimo, porque esquiva el estado de cosas y «se limita a una alusión perpetua sin romper el hielo». Semejante mimo no reproduce el estado de cosas, como tampoco imita la vivencia, no da una imagen sino que construye el concepto.





Guattari-Deleuze
Qu’est-ce que la philosophic?

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